Cerros Alegre y Concepción

Delimitados entre sí por la calle Urriola, conforman históricamente un sector unitario, urbanizado y construido en gran parte por inmigrantes ingleses y alemanes, a partir de la primera mitad del siglo XIX, de manera organizada y planificada. Su trama vial y predial intenta alguna regularidad dentro de las difíciles condicionantes que impone la pendiente y la topografía, con un resultado de gran riqueza y complejidad. Se combinan de hecho el trazado ortogonal de las manzanas más o menos regulares que flanquean la calle Templeman, con las vías sinuosas que bordean la ladera o el pie de los cerros, como Álvaro Besa, Urriola y Beethoven. La trama es surcada además por estrechos pasajes irregulares como Gálvez, y por empinadas escaleras, como la Fischer, la Apolo, y la Concepción. Los quiebres de las calles más irregulares y las diferencias de nivel generan una espacialidad de múltiples facetas; el recorrido del sector va ofreciendo una concatenación de realidades diversas y perspectivas inusitadas que generan sorpresa en el visitante externo.

El sector combina las diversas manifestaciones de espacio público existentes en Valparaíso: plazas, paseos miradores, pasajes, escaleras, las estaciones cumbre de los ascensores y los remansos que suelen conformar las encrucijadas y bifurcaciones de las vías. La estrechez y las peculiaridades de la trama determinan en muchos casos una superposición entre el espacio público y el privado. El pasaje o el paseo es una extensión de la vivienda, dándose también el caso que el eje central de circulación de un edificio residencial es a la vez pasaje público (Bavestrello). A esta superposición entre los espacios públicos y los privados se suma la riqueza de los espacios intermedios. Se encuentran en los inmuebles de este sector ejemplos de todas las formas de adaptación de las construcciones a la pendiente, destacándose la techumbre como una quinta fachada. Hay exponentes de aquéllas que, ante la escasez de terreno plano, recurren al voladizo o a la construcción sobre pilares. Otras logran el plano horizontal por desmonte, relleno o construcción de un piso zócalo, situando sobre este plano el volumen arquitectónico.

La arquitectura residencial tradicional de los Cerros Alegre y Concepción incorpora los estilos propios de la arquitectura de los lugares de origen de sus primeros ocupantes, los inmigrantes ingleses y alemanes. Su intención fue vivir alejados del plan, de su abigarramiento y bullicio, en contacto con la naturaleza y el paisaje. Ello se aprecia en los pequeños jardines y en la riqueza y jerarquía de los espacios intermedios tales como corredores, galerías y balcones, que acentúan la relación con el entorno inmediato y el paisaje. La madera es predominante aunque no exclusiva; está presente tanto en la estructura como en las terminaciones. Es común el revestimiento de plancha metálica, muchas veces acanalada. Estas casas presentan frecuentemente terminaciones de gran calidad, vitrales, vidrios biselados, quincallería ornamentada, canes y guardamalletas de madera labrada, etc., testimonio de la riqueza de sus habitantes originales. Desde el extremo norte del sector Plaza Justicia, se asciende al Cerro Alegre por la subida El Peral o por el ascensor del mismo nombre. Este último tiene 55 metros de largo; llega a una cota de 39 metros con una inclinación de 48 grados, y tiene capacidad para diez pasajeros.

La estación cumbre del Ascensor El Peral difiere de las demás por su expresión contemporánea, su transparencia y su luminosidad interior. Es una edificación aislada y su entorno inmediato conduce al Palacio Baburizza, donde se encuentra el Museo Municipal de Bellas Artes. El Palacio Baburizza otorga carácter al Paseo Yugoslavo, mirador construido por Pascual. Es un paseo público formal, que ofrece una gran vista hacia la bahía. El Palacio es el hito central de un conjunto compuesto por el Paseo, el Ascensor El Peral, la sede de la escuela de arte de la Universidad de Playa Ancha, la plaza que enfrenta a esta última –Plaza Edwards– y varias casas que se emplazan bordeando la ladera, muy representativas de la arquitectura de estos cerros, una de las cuales alberga una galería. Ello, junto a la cercanía de artistas que se han radicado en el sector, confieren a esta área una marcada vocación artística, que se combina con su importancia turística. Desde el sector del Baburizza se puede bajar hacia Urriola a través de la empinada escalera Apolo, o bien a través de la sinuosa Álvaro Besa, desde donde se pueden apreciar las magníficas viviendas de la ladera opuesta, que se descuelgan desde la calle Lautaro Rosas. Por ahí se encuentra el acceso superior del Pasaje Bavestrello, eje central del edificio de viviendas del mismo nombre. En la calle Urriola es posible advertir las singulares vistas que ofrece hacia el plan y hacia el interior, determinadas por su sinuosidad y por las construcciones que se alinean en diferentes cotas de los Cerros Alegre y Concepción. Es posible adentrarse en el Cerro Concepción a través de la empinada Escalera Fischer, por la cual se accede a la encrucijada central del Pasaje Gálvez. Este último tiene un desarrollo plano, pero con numerosos quiebres en su recorrido, lo que unido a su estrechez le otorga un carácter único. El pasaje desemboca en una pequeña plaza dura que, a través de una nueva escalera, permite acceder al Paseo Gervasoni, otro mirador de tipo terraza, que acoge la estación superior del Ascensor Concepción. El Ascensor Concepción es el más antiguo de Valparaíso.

Fue inaugurado en 1883 gracias a la iniciativa de un empresario que para tales efectos constituyó la Compañía de Ascensores Mecánicos de Valparaíso. Con capacidad para siete pasajeros, su largo es de 70 metros; llega a una cota de 47 metros sobre el nivel del mar con una pendiente de 46 grados. Su estación inferior en calle Prat frente a la Plazuela Turri, se ubica al fondo de un estrecho corredor entre dos construcciones altas y se anuncia por sus tradicionales letrero y farol. El mirador del Paseo Gervasoni permite apreciar en primer plano la singular vista del Edificio Turri, con su característico reloj. El paseo está delimitado por casas tradicionales, entre las que destaca la sede de la Fundación Lukas 17, dedicada a difundir la obra del ilustrador Renzo Pechennino; en uno de los flancos del Paseo se encuentra el tradicional Restaurante Turri, por lo que este espacio es un importante hito turístico de la ciudad.

Internándose por el Cerro Concepción a través de la calle Templeman se descubre la Iglesia Anglicana de San Pablo. El valor histórico excepcional de este templo va de la mano con su austeridad, determinada por el contexto en que fue construida, cuando mantenía plena vigencia la prohibición del ejercicio público de cultos diferentes al católico. La iglesia se mimetiza con la arquitectura habitacional que la rodea, aportando además un entorno inmediato muy acogedor, el Paseo de los 14 Asientos. El templo tiene actualmente un uso religioso y cultural; se realizan en ella excelentes conciertos en los que se puede apreciar la calidad de su valioso órgano. Por la ladera del cerro que enfrenta al mar por la calle Concepción es posible acceder al Paseo Atkinson, mirador que permite apreciar desde arriba la Plaza Aníbal Pinto, punto de confluencia de las vías del plan con las vías transversales que se internan entre el Cerro La Cárcel, el Cerro Panteón y el Concepción. Continuando por la calle Beethoven se llega a Iglesia Evangélica Alemana, el otro gran hito religioso del sector. Los cerros Alegre y Concepción fueron declarados Zona Típica en el año 1979, y un decreto posterior, de 1999, amplió la zona anteriormente protegida.

(Fuente: https://www.monumentos.gob.cl/monumentos/zonas-tipicas)